En busca de diablicos sucios en la Villa de Los Santos

En una misión de búsqueda de diablos, de esos de antaño, me fui hasta la Villa de Los Santos aprovechando las actividades por motivos del Corpus Christi. Una costumbre que inició en la época colonial.
Aunque el evento principal ya había pasado, la extensión de la celebración hasta el fin de semana me permitió encontrarlos.

Los diablos de la Villa De los Santos

Personas vestidas de diablos participaban durante el Corpus Christi con danzas cuyo principal objetivo era el de introducir a los no creyentes al catolicismo. Son una representación simbólica del mal. Los más antiguos son los llamados diablicos sucios y su origen es de la época colonial.

Llegué a La Villa a eso de la 1 de la tarde, hora en que el anuncio  publicitario indicaba que iniciaban los actos. Aunque era poco probable que el desfile comenzara a esa hora, llegar antes me permitiría tomar fotos del pueblo, la iglesia colonial y conocer la ruta del desfile.

Luego de algunas fotos de la iglesia, de casas antiguas y de visitar el museo, el fuerte sol me obligó a buscar refugio en el parque. Ubicado en un sitio estratégico  observaba si aparecían algunos diablos para poder fotografiarlos.

Mientras esperaba, dos diablicos limpios, otra variante de diablos, se acercaron al parque lo que atrajo a varios curiosos para tomarles fotos. Por supuesto que dentro de ese grupo de personas estaba yo.

Para estos diablos le tengo reservada otra publicación, escritos que son producto del fin de semana que dediqué a buscar diablos en Azuero.

Diablico Sucio

Diablico sucio

El diablico sucio viste una especie de mameluco, conocido como fustillo, de rayas rojas  y negras. El elemento principal del vestido es la máscara, en ella  se representan animales o lo que para la imaginación del creador sería un diablo.

El vestido es complementado por un murrión de cuero, plumas de guacamayas, una capa, vejiga, castañuelas, garrotillo, chácara y cutarras.

La danza es acompañada con guitarra, las más conocidas son El Toletón y El Paseo, aunque también se hacen acompañar con cumbias  y mejoranas.

En la época colonial  las rayas  del vestido eran pintadas con carbón (para el negro) y achiote (para el rojo). Al poco tiempo de uso, el sudor del danzante se mezclaba con las rayas pintadas produciendo manchas que daban un aspecto sucio al vestido, así fue que nació el nombre popular de diablico sucio.

El desfile

A eso de las 4 de la tarde, cerca de la estación de policía, aparecieron los primeros diablos. Inmediatamente me movilicé para tomar algunas imágenes. Sin duda eran las celebridades, muchos visitantes se acercaron también para llevarse un recuerdo fotográfico del momento.

En la siguiente foto podrás apreciar los detalles de la vestimenta descritos anteriormente.  Aunque algunos de los materiales que se utilizan para confeccionar el vestido han variado, la esencia de la tradición se mantiene intacta.

El recorrido del desfile fue corto, pero con el impacto que produce observar a los diablos danzando por las calles como se realizaba hace más de 200 años.

En el desfile participaron diablos de diferentes edades. La música era ejecutada por un guitarrista y sin apoyo de amplificación. Lo que acercó al espectador a lo tradicional, una danza como en tiempos pasados.

Las danzas de los diablos es una tradición en la que se han involucrado muchas personas para rescatarla. Folcloristas, artesanos, músicos y danzantes han unido fuerzas para mantener este recuerdo vivo.

Es alucinante poder observar cómo el trabajo colectivo logra recrear momentos pasados en el presente. Un pasado que nos fue definiendo como panameños.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil