La música en el Desfile de las Mil Polleras es el ingrediente, el condimento que hace de esta actividad un desborde de alegría y de folclore puro en el desfile
Al escuchar un tamborito tu cuerpo entra en un trance rítmico que lo mínimo que haces es marcar el compás con los pies.
En está versión del desfile, los músicos buscaron la manera de que su música se escuchara con un volumen mayor.
La mayoría se hicieron acompañar de generadores eléctricos a los que conectaron consolas y bocinas. De esta manera lograban que su música y canto se escuchara a mayor distancia.
Otro dato curioso fue que entre los ejecutantes habían personas de todas las edades, desde un pequeño con la churuca, hasta señores mayores con el violín.
Las cantalantes se apoyaron de micrófonos lo que permitía que ha distancia se pudieran escuchar las salomas que anunciaban su presencia.
Fue una presentación de tambor de calle, folclore puro, sin esteroides, sabor musical del campesino, así como lo cantaron nuestros antepasados.