La tuna panameña es un tipo de tamborito, baile de tambor que se toma las calles. Un abanderado encabeza el grupo mientras el resto baila, toca tambor y canta mientras caminan.
Aunque la descripción asemeja a una comparsa, en una tuna no se brinca o salta, no por eso deja de ser alegre. Con el sonido del tambor los participantes bailan a su compás mientras que una cantante entona versos que el resto acompaña con coros y palmadas.
Las tunas son frecuentes en actividades relacionadas con el carnaval. Aunque su práctica regular se da en provincias centrales, es una baile conocido en todo el territorio nacional.
Antecedentes
Del tamborito se tienen una referencia que data del siglo XVIII con un baile denominado bunde, un baile de origen africano que por su descripción se asemeja al famoso baile.
Ya en la década del 60 del siglo XIX el Star & Herald (hoy Estrella de Panamá) relata un acontecimiento relacionado con una tuna del arrabal santanero que dice:
[google_font font=»Pompiere» size=»28″] “Son frecuentes las tunas del arrabal que van hacia la ciudad de Adentro en actitud de protesta o de burla contra las decisiones gubernamentales que son vetadas por el pueblo” [/google_font]
El tambor y el baile proviene de las costumbres de los esclavos negros traídos por los españoles en la época colonial. El tamborito, aunque con algunas variantes, es una herencia clara del legado de este grupo a nuestro folclore.
La mayoría de los panameños cuando vemos una tuna pasar sentimos ganas de seguirla, de bailar al ritmo del tambor y cantar sus tonadas. Por algo el tamborito es una de nuestras principales expresiones de nuestro folclore.
*Foto de portada: Desfile folclórico en Penonomé en el año 2011