La nueva Calzada de Amador

Calzada de Amador

Renovada y ampliada está la nueva Calzada de Amador. Ahora con dos carriles adicionales, nuevos estacionamientos, miradores, parque para niños y adultos, aquel sector muestra un nuevo rostro.

Las mejoras no solo acondicionaron el sitio para facilitar el transito de vehículos, también mejoraron el área para caminar y para le manejo recreativo de bicicletas.

El parque recreativo incluye una sección con chorros de agua que aseguran mucha diversión para los niños. Durante mi visita pude observar sonrisas entre los niños que corrían alegres intentando atrapar los chorros de agua que sorpresivamente salen en diferentes puntos desde el suelo.

Los estacionamientos están distribuidos en diferentes sectores de la calzada, el de mayor espacio es el del parque recreativo.

Antecedentes

En la época colonial el pequeño archipiélago que conforma la calzada era un puerto natural para las embarcaciones, luego, en pequeños botes, los navegantes se transportaban hasta Playa Serena (actualmente Parque Quinto Centenario) para ingresar a la Ciudad de Panamá.

Actualmente la Calzada de Amador es una vía que conecta a las islas Naos, Perico, Culebra y Flamenco con tierra firme. Funciona como un rompeolas para evitar la sedimentación en la entrada del canal. Fue construida en el año 1913 por los estadounidenses con rocas extraídas del Corte Culebra en la construcción del Canal de Panamá.

La calzada fue parte de lo que se conoció como Fuerte Grant, uno de varios fuertes que conformaron la Zona del Canal, territorio ocupado por el ejercito de Estados Unidos para la defensa del Canal. El Fuerte Grant y el Fuerte Amador fueron creados para la defensa de la entrada al Canal desde el Océano Pacífico.

La firma del tratado Torrijos-Carter, en 1977, permitió la devolución paulatina de todos los sectores que conformaron la Zona del Canal.

En el año 1979 revierte a Panamá el Fuerte Grant, lo que permitió el acceso de los panameños al área, pero con restricciones en algunos sectores.

Vivencias

Con la reversión de la Calzada de Amador pude visitar el sector que en poco tiempo se convirtió en nuestro parque de diversión. Junto a mis amigas y amigos íbamos caminado desde casa, también ese viaje era parte del entretenimiento. La reversión nos permitió jugar y pasear en un terreno amplio cerca del Mar del Sur. Un paseo que siempre trajo buenos momentos en mi juventud.

La Playita, una especie de balneario heredado del Fuerte Grant, fue otro de los sitios muy visitado por nosotros en la calzada, al igual que otro sector abierto en isla Perico, donde las aguas del Mar del Sur lograban acariciar sus rocas. Acostumbrábamos a sentarnos en ese lugar a ver la ciudad de Panamá sin importarnos el inclemente sol de la temporada seca panameña.

Al otro lado de la isla había otro sector donde las aguas acariciaban la tierra, ahora una imponente estructura, para modernos yates, cubre el área.

Al poco tiempo la juventud se apropió de la calzada, los fines de semana el desfile de autos ingresando al sector era algo cotidiano.  Con el tiempo, por la concentración de personas, las visitas a nuestro lugar favorito se fueron distanciando.

Uno de sus peores momentos fue al final de la década de los 80, los militares panameños prohibieron la entrada a la calzada producto de los problemas políticos, lo que impidió a la juventud seguir reclamando el lugar como suyo.

El progreso

El progreso tiene sus beneficios, pero también sus contras. El paisaje fue cambiando, se agregó una ciclo vía y área para correr, se dieron concesiones para poder desarrollar hoteles, marinas y restaurantes. Al poco tiempo desaparecieron las áreas de playa, que aunque por la contaminación del agua los visitantes no se podían bañar, eran sectores que nos acercaban al mar y que en un futuro, quizás, hubieran podido volver a su esplendor por el proyecto de saneamiento de la bahía.

Ahora, por tercera vez, tenemos un nuevo paisaje en el área, sigue siendo hermoso y con notables mejoras. Miradores nos acercan a las aguas del mar, podemos apreciar nuestra moderna ciudad con sus imponentes edificios. La viabilidad ha sido mejorada y se espera el resurgimiento de los restaurantes luego de las incomodidades que trajeron las últimas mejoras. Varios retornos facilitan el viaje y rampas hacen que un visitante en silla de ruedas pueda disfrutar del paseo fuera de un automóvil.

Casetas con baños y bebederos de agua hacen todavía más cómodo el paseo, como complemento están los restaurantes y el alquiler de bicicletas para hacer de tu visita a la nueva Calzada de Amador una tremenda experiencia.

Yo te recomendaría que invites a tus amigos una tarde y siéntate a conversar con ellos mientras contemplan las aguas del Mar del Sur, sin que los interrumpa las redes sociales, así como lo hicimos mis amigos y yo en tiempos pasados.

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