El mes de abril de 1819 fue de mucho revuelo en Portobelo. A principio de mes la ciudad fue tomada por Gregor McGregor, militar inglés que fue comandante en la independencia de Venezuela. Buscando la forma de neutralizar la vía como paso de tropas españolas hacia el sur de América.
La toma del lugar no fue difícil, en poco tiempo lograron controlar el lugar, ya que los españoles habían abandonado la plaza la noche anterior.
Este movimiento provocó cierto entusiasmo entre la población con miras a una independencia de la república.
La alegría duró poco, el 28 de abril del mismo año, el general Alejandro de Hore, militar español, se acercaba a las afueras de Portobelo con el objetivo de reconquistar el territorio.
Misión que logra cumplir el 30 de abril al sorprender en la plaza a los dirigidos por McGregor. Todos estaban entregados al placer, lo que facilitó su captura.
McGregor logró escapar lanzándose a la bahía y nada hasta uno de los buques.
Ya era evidente el interés de los líderes independentistas de Sur América por liberar Panamá por ser un punto estratégico para el traslado de sus propias tropas y las españolas.
Referencias: Compendio de Historia de Panamá (Juan B. Sosa y Enrique J. Arce), Wikipedia, Biblioteca Digital Real Academia de la Historia.
El tambor, la caja y la churuca son instrumentos esenciales de nuestro folclore, instrumentos rítmicos que nos ponen a bailar. El tambor y el acordeón son la combinación perfecta para contagiar de alegría a cualquiera.
Tambor y acordeón en la calle
En el video que acompaña esta publicación podrás apreciarlos en ejecución junto al acordeón, que en el siglo XX fue introducido con fuerza, relegando un poco el uso del violín.
A este grupo de músicos me los encontré esperando que iniciara el desfile en el Festival del Sombrero Pintado. Mientras daba la hora de inicio, no dudaron en llenar de alegría el ambiente con su música.
Verás la formación acostumbrada, dos tambores, una caja y la churuca. En este caso, el acordeón se encarga de poner la melodía, pero en el famoso tamborito la voz de una cantalante es la que guía como director musical las tonadas, mientras un coro acompaña con palmadas.
Este tambor es de herencia africana, pero tiene sabor a Panamá, nace y se reproduce en tierra istmeña, dándole vida a nuestro folclore.
Otro instrumento de nuestro folclor es el pito, fabricado con semillas o frutos de árboles. Aunque se tienen referencias de algunos fabricados con arcilla.
La fabricación de pitos con semilla procede de África. Los confeccionados de arcilla eran fabricados por indígenas, aunque ya no los utilizan.
En el folclore, el pito como instrumento musical ha dado paso a instrumentos más complejos. Por eso es muy difícil encontrar a ejecutores de este instrumento en festivales y días de fiestas.
El pito como instrumento
Para la ejecución musical, el pito es acompañado generalmente por una caja. A los señores de la foto me los encontré en el Desfile de Las Mil Polleras en un esfuerzo por rescatar el uso de este instrumento que está a punto de desaparecer.
Su sonido agudo atraía a curiosos que con cámara en mano intentaban llevarse un recuerdo de la ejecución de un instrumento poco popular en nuestros días.
*Foto de portada del año 2011 en el Desfile de las Mil Polleras
En el pasado los techos de las casas en el campo panameño eran cubiertos por tejas. Con el paso del tiempo fueron cubiertas por láminas de zinc, probablemente por su bajo costo de mantenimiento. Actualmente, la fabricación de este producto todavía se mantiene.
Las tejas en los techos de las casas en el campo panameño
Las tejas de estos techos son fabricadas de forma artesanal. Sus principales ingredientes son agua, tierra y estiércol de caballo en polvo, así mismo como lo lees.
El estiércol es el ingrediente que compacta la tierra para que el producto final quede firme y pueda cumplir con su función.
Estos ingredientes son mezclados al pisarlos, aunque también algunos optan por molerlos. Esta mezcla luego es colocada en un molde que llaman gradilla. Terminado este trabajo, se coloca bajo el sol para el secado.
El acabado final se consigue colocando las tejas en un horno de leña. Terminado este proceso, ya la teja está lista para utilizarse en los techos de las casas en el campo panameño.
La churuca, güiro o güira, es otro de los instrumentos de nuestro folclore. Menciona Dora P. de Zárate, en su libro “Sobre nuestra música típica”, que es un instrumento que data de la época precolombina. Aunque se incrementó su uso con la llegada de los esclavos en la época colonial
Fabricación de la churuca
La mayoría se fabrica de calabazas medianas, tiene una parte delgada en uno de sus extremos y otra más redondeada en el otro.
En su superficie se hacen unas rayas horizontales que se utilizan para raspar con una especie de peine de alambres al compás de la música ejecutada.
Un agujero cerca de uno de los extremos y la extracción de la pulpa son el complemento para que produzca un sonido acústico, algo parecido al de las maracas, al raspar el instrumento.
También se han fabricado de cañazas o bambú. En la actualidad puedes adquirir la churuca en negocios de venta de artesanía en provincias centrales.
*Foto de portada del año 2010 en Churuquita Grande en la Feria de la Naranja, provincia de Coclé.
Para terminar te dejo una foto de mi última churuca. He ido reduciendo los tamaños. Las anteriores han sido destrozadas por algunos de mis amigos en sus momentos de inspiración musical. Ellos pensaban que un mejor sonido se podía lograr al imprimirle más fuerza a la ejecución.
Este proceso de experimentación por parte de mis amigos ha causado que quede por periodos sin una churuca. Ella, la churuca, es parte esencial de mi colección de instrumentos rítmicos. Estos los tengo en la sala de la casa. Cuando escucho música con mis amigos, siempre a alguno le da por expresarse rítmicamente y es cuando mi apreciada colección peligra.
Desde pequeño visitaba el Casco Antiguo cuando era parte del coro de la Iglesia Santa Teresita en el Marañón. Todas las tardes caminaba desde el viejo barrio por la ruta del antiguo Mercado Grande para luego tomar por la Avenida B, dentro del Casco Antiguo, y luego continuar por una pequeña calle que me llevaba a un costado de la Catedral, justo al frente del Centro de Salud. A solicitud del párroco de la Catedral, junto a varios compañeros, cantábamos la misa de las 6 de la tarde.
Era la década del 70, la actividad comercial era notoria en el área. La antigua ciudad había sobrevivido a dos incendios y a un irresponsable abandono por parte de los españoles que terminó con la separación de España. No fue hasta la época de la construcción del canal cuando comenzó a recuperarse.
La Puerta de Tierra
Esos recuerdos de mi infancia se quedan cortos con la historia que pueden contar las calles de la antigua ciudad. Como lo cuenta la intersección de Calle Décima y la Avenida Central, en ella se encontraba la Puerta de Tierra. Investigaciones más recientes la ubican en lo que es hoy la Casa de la Municipalidad.
La ciudad estaba protegida por muros de unos 10 a 15 metros de altura y la Puerta de Tierra era el único acceso terrestre a intramuros. El muro estaba bordeado por profundas fosas y solo un puente permitía transitar hacia la puerta. En ella siempre permanecía un contingente militar que vigilaba el acceso. El muro fue construido para proteger a la ciudad de ataques piratas, convirtiéndola en una especie de castillo.
En la parte superior de la puerta se elevaba una torrecilla con una campana, lo más probable es que era utilizada para anunciar una que otra novedad. El camino fuera del muro daba acceso al arrabal (Santa Ana), área extramuro donde residía parte de la población. Para el año 1764 se construyó la Iglesia de Santa Ana y su plaza, lugar donde el pueblo celebraría sus principales fiestas.
Cuando el reloj marcaba las 9 de la noche, los vigilantes se encargaban de cerrar la Puerta de Tierra. El muro y sus puertas, aunque construidos por temor a los piratas, fueron creando cierto rencor y diferencias entre los panameños que vivían extramuro y los que habitaban en el intramuro.
Si caminas por la calle décima, desde la Avenida Central hacia la Plaza Herrera, encontrarás restos del baluarte Mano de Tigre, parte del muro cercano a la puerta y que se mantiene en pie. Por decreto, en el año 1856, se dio la orden de derribar la puerta para comunicar sin restricción la ciudad con el arrabal.
De ahora en adelante, cuando camines por la mencionada intersección, aunque no coincide exactamente con la calle actual, imagina que atraviesas la antigua puerta rumbo al arrabal.
Referencias Revista Lotería No. 68 – Enero de 1947 El Casco Antiguo de Panamá – Eduardo Tejeira Davis
Las enaguas o peticote es otro elemento importante en la pollera panameña. La costumbre es que una empollerada la utilice de dos a tres.
Consiste en una pretina que se extiende para poder amarrarla a la cintura y una falda liviana con diseños. Los diseños suelen ser de figuras geométricas o flores. Por su complejidad y labores hechas completamente a mano, son de costo elevado.
La tela que regularmente utilizan las artesanas para la confección de las enaguas es color blanco de hilo, opal, poplin o percal.
Aunque no es una prenda de vestir que vamos a poder apreciar a simple vista en una empollerada, su diseño y labor tienen la misma complejidad que el faldón de la pollera. Para embellecerlas utilizan técnicas de talcos bordados y calados.
Otro complemento utilizado son los encajes que se colocan en la parte final de la enagua con terminando en puntas.
Sin duda alguna, todos los elementos mencionados anteriormente hacen de esta prenda de la pollera panameña toda una obra de arte.
Los congos en el Festival de la Pollera Congo no podían faltar; desde temprano se les veía transitar por las calles del histórico pueblo de Portobelo.
Con cara pintada de negro y vestidos de ropa vieja puesta al revés, se mezclaban entre los visitantes para dialogar con ellos en busca de algunas monedas. Algunos cargaban bolsas en donde llevaban diferentes artículos como teléfonos antiguos, cámaras fotográficas, ropa interior, entre otros.
El congo se viste de esa forma para burlarse de los que los esclavizaban en la época de la colonia. Era una forma de desahogo por la opresión a la que eran sometidos.
Esos mismos artículos son los que usan para hacerle bromas a los que deciden tomarle fotos o entablar un diálogo con ellos.
Uno se le acercó a un visitante, sacó un teléfono de décadas pasadas y le dijo que lo llamaban, le dejó el teléfono y regresó unos minutos más tarde.
Lo curioso del asunto es que el visitante le siguió la corriente, hasta habló por el teléfono, mientras los que estábamos de espectadores no parábamos de reír. Al regresar, le pidió una contribución por los cuatro minutos consumidos de la llamada. Le decía que se la pagara entera.
Otra de las características es que los congos se comunican hablando al revés, hasta llegan a mezclarlo con el francés, inglés y portugués. En la época colonial, comunicarse de esta forma les permitía confundir a los españoles; de esta manera, podían planear fugas y levantamientos sin ser descubiertos.
Te invito a que des un paseo por la galería de fotos que tomé a los congos durante el festival.
El sábado 17 de marzo de 2012, Portobelo estuvo de fiesta. Realizaron el Primer Festival de la Pollera Congo (otro tipo de pollera panameña), un evento cargado de tradiciones, colores y música. Un festival mágico que te llena de emoción y que te traslada al pasado, a la época colonial
Justo en el muelle de Santiago de la Gloria me encontré a las delegaciones que participarían del desfile del primer Festival de la Pollera Congo. Cada una de ellas, representadas por un color, navegaron por la histórica bahía de Portobelo para luego iniciar el desfile que terminaría en el edificio de la Aduana.
Al desembarcar los presentes, pudimos ver y escuchar la alegría del congo. El rostro de los participantes solo expresaba alegría y orgullo por el hecho de poder mostrar a propios y extraños la herencia de sus antepasados.
Desfile del Primer Festival de la Pollera Congo
Las delegaciones provenían de Portobelo, Colón, María Chiquita, Cacique, José del Mar, Puerto Lindo, Palenque y Miramar.
En el video podrás apreciar parte del desfile, escuchar el sonido del tambor, los cantos y bailes congos.
Te invito a hacer este viaje en video, no sin antes decirte: VIVE PORTOBELO.