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  • La chambra y la basquiña

    La chambra y la basquiña

    La chambra es una prenda de vestir que utilizaban las mujeres panameñas en tiempos pasados. Generalmente, mientras realizaban oficios domésticos y hasta en actos festivos.

    La chambra y la basquiña pudieron haber llegado en la época colonial y se extendió por varios países americanos.

    La chambra

    Es una prenda de vestir del folclor español. Su nombre deriva del término francés “chambre”, que traducido al español es habitación. Generalmente, porque la usaba las mujeres al levantarse de la cama.

    La chambra panameña es confeccionada con tela de hilo revestida de finas alforzas, encajes valencianos y trencillas. Estos tejidos la convierten en una verdadera obra de arte, algunas llegan a costar hasta 200 dólares.

    La chambra es muy parecida a la basquiña, otra camisa femenina de nuestro folclore. La diferencia es que la basquiña va más ajustada en la cintura.

    La basquiña

    La chambra y la basquiña la combinaban las mujeres con pollerones de zaraza. La mayoría de estas mujeres venían de lugares apartados, en provincias centrales, para participar de las actividades festivas en pueblos como Las Tablas y Guararé.

    La chambra y basquiña se confeccionan de diferentes largos y diseños, por ser más económica que la pollera panameña de gala, es muy utilizada por los grupos de bailes folclóricos en sus presentaciones.

    En España, la basquiña es una falda de color oscuro utilizada por las mujeres en diferentes tipos de actividades.

    Basquiña

    La chambra y la basquiña
    Foto del año 2007, segundo Desfile de las Mil Polleras realizado en Ciudad de Panamá.
    La chambra y la basquiña
    Foto del año 2007, la tomé cuando se hacían el Desfile de las Mil Polleras en la ciudad de Panamá.
  • Gamu purrui o flauta de pan indígena

    Gamu purrui o flauta de pan indígena

    Uno de los instrumentos tradicionales panameños es el gamu purrui -kamu purrui- o flauta de pan. El gamu purrui es fabricado con cañas de diferentes tamaños unidos con cuerdas y utilizado por uno de nuestros pueblos originarios, los gunas -kunas-.

    Los gunas son uno de los 7 pueblos indígenas panameños. La mayoría habita en la comarca Guna Yala, ubicada en el sector Atlántico con una extensión territorial de 2,340 km2, ellos también hacen música a lo panameño.

    Características del gamu purrui

    Lo fabrican en pares, uno de 3 cañas y el otro con 4 cañas. El sonido lo produce el ejecutante al soplar por los bordes de las cañas en los extremos alineados de la flauta.

    Las diferentes longitudes de las cañas permite que al soplar por cada una de ellas el sonido varíe.

    En la tradición guna, el hombre es el encargo de utilizar el gamu purrui, mientras las mujeres utilizan el nasi -maracas-.

    Un detalle importante es que mientras ejecutan el instrumento danzan al ritmo del sonido, una actividad que practican con frecuencia.

    Uno de los sectores donde hemos podido escuchar y apreciar su música y baile es en el Casco Antiguo, lugar donde se reúnen a practicar sus tradiciones.

    Uso del gamu purrui en la danza

    Personalmente, he podido observar el uso del gamu purrui por parte de los gunas en sus danzas. Los hombres se integran a la danza mientras tocan el instrumento. Inclusive, cuando participan en desfiles, tocan el instrumento mientras bailan.

    Delegación guna en desfile folclórico en Penonomé

    En la foto anterior puedes apreciar a una delegación guna participando de un desfile folclórico en Penonomé. Nota a los hombres tocando el gamu purrui. A medida que avanzan sus movimientos van al ritmo de la música tradicional que ejecutan.

    Este tipo de flautas, con algunas variantes, también es utilizada por indígenas y pobladores de Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Argentina y Chile.

    Gamu purrui
    Foto del año 2019 en la presentación de baile Guna en el Casco Antiguo
  • Otras frases y palabras a lo panameño

    Otras frases y palabras a lo panameño

    Sin pretender hacer un estudio lingüístico del panameño, seguimos con aquellos términos nacidos en tierra istmeña. Algunos provenientes de lenguas extranjeras y otros, producto de aquel padre que bautiza a un hijo con un nombre y le da su propio significado.

    Algunas de esas palabras han caído en desuso con el tiempo. Las costumbres cambian y provocan que poco a poco desaparezcan algunos panameñismos del uso popular.

    Al menos que conversemos con panameños de avanzada edad, donde una conversación se puede convertir en un relato de tiempos pasados.

    También puede suceder que hemos reclamado la paternidad de la expresión y se utilicen después de nuestras fronteras.

    Otras frases y palabras a lo panameño

    ¡Qué leche! Esta frase se sigue utilizando y significa buena suerte. Se le atribuye a la persona afortunada en el juego o en los negocios. De esta frase surge el término lechudo para describir a la persona con mucha suerte. Sin duda, los panameños tenemos una buena opinión de la leche de vaca.

    Pezuña. Es una de las palabras que a caído en desuso y se refiere al pequeño regalo o “comisión” recibida como intercambio al comprar en las tiendas. Recuerdo que me gustaba ir a la tienda de la casa de madera al lado del multifamiliar donde vivía en el viejo barrio. Siempre me daban una “pezuña” consistente en unas pequeñas golosinas que devoraba camino a casa.

    ¡Fo! Todavía utilizada, expresión para indicar que hay mal olor. Los estudiosos indican que es un término andaluz.

    Chachay. Un modismo para señalar a los niños que llevan puesto un traje que les luce bien. Aunque también lo utilizamos como sinónimo de ropa bonita.

    Ojear. De las supersticiones de nuestro pueblo, guarda relación con la frase “mal de ojo”.

    Catre. Nombre que le damos a una cama barata. A lo panameño significa ser de mal gusto.

    La cosita. Esta frase me recuerda mucho a mi abuelo, que acostumbraba a darme algunos reales para irme a comprar “la cosita”. No es más que la merienda, algo ligero para comer entre el almuerzo y la cena. Por supuesto que en mi caso era una golosina.

    Chiva. Designado al autobús, aunque ya no es de uso común.

    Salado. En términos panameños, no significa que esté subido de sal, es estar de mala suerte y el que está completamente de mala suerte es víctima de “salazón”.

    Camarón. En este caso no es el rico marisco, se refiere al trabajo eventual. Nace entonces el verbo “camaronear”, del que vive de trabajos eventuales.

    Agua de pipa. A la semilla de la palma de coco le llamamos pipa, así que al agua de coco le llamamos “agua de pipa”.

    Si recuerdas alguna palabra, no dudes agregarla con tu comentario.

    Referencia: Tradiciones y cantares de Panamá – Gil Blas Tejeira

  • El violín en el folclore panameño

    El violín en el folclore panameño

    El violín es otro de los instrumentos incorporados al folclor nacional. Algunos panameños se han dado a la tarea de fabricar su propio violín utilizando como materia prima el cedro o la pinotea. Una imitación del violín europeo, aunque un poco rústica. Para el arco utilizan como cerda hebras de la cola de los caballos.

    El violín en el folclore panameño

    El violín fue por mucho tiempo el instrumento líder en los bailes de salón de los conjuntos típicos hasta que hizo su aparición el acordeón de la mano de Gelo Córdoba. Aunque no está claro en qué año fue la primera vez que Gelo ejecutó su acordeón suplantando al violín, sus primeras grabaciones fueron en la década del 40 del siglo pasado.

    Guararé, en su festival, todavía reserva un día al violín en su afán de que no se olvide a un instrumento noble y con un sonido que canta a nuestras tradiciones. Aunque también tiene un espacio para el acordeón dentro del festival.

    También hemos notado su uso en los programas televisivos de cantadera, lo que ayuda a que su sonido perdure en el corazón de los panameños.

    La ejecución del violín en el folclore panameño, acompañadas con tambor y guitarra, siempre dejan cierta nostalgia por tiempos pasados. También hinchan de orgullo porque ese sonido nació en el istmo, aunque se ejecute en un instrumento de herencia europea.

    * Foto de portada tomada en el Desfile de las Mil Polleras del 2010 – Las Tablas

    El violín en el folclore panameño

    Preferencia por el violín

    Aunque me gusta lo que hacen nuestros músicos con el acordeón, principalmente Yin Carrizo, tengo cierta preferencia por el sonido del violín en la música con acento panameño. Recuerdo que años atrás un señor acostumbraba a tocar el violín en un pequeño centro comercial ubicado en Vía España, Ciudad de Panamá.

    No me detenía a escucharlo, pero siempre aminoraba la velocidad de mi caminar al acercarme para poder disfrutar de las melodías folclóricas que acostumbraba a tocar.

    Yo aprendí a disfrutar de nuestra música con el violín. En la década del 70 salió al mercado un álbum titulado Dos Noches y Una Madrugada. Una obra compuesta por el profesor Edgardo Quintero motivado por el folclorista Edgardo de León Maradiaga, su amigo personal.

    El arreglo para orquesta que hizo el profesor Edgardo Quintero para la grabación es una delicia escucharlo. Las melodías las acompaña con toque de tambor que le da ese sabor tan nuestro. De esa producción mi preferida es Valdivieso.

    Aquí tienes una versión de Valdivieso por músicos de nuestra Sinfónica Nacional, con un arreglo para oboe, flauta, clarinete, fagot y repicador (tambor). Aunque esta versión no incluye los violines de la grabación original, no pierde esa esencia que tanto he disfrutado.

    Para terminar, ahora sí con violines, el tema Santa Librada (Punto) . Interpretado por músicos de la Sinfónica Nacional. Composición del profesor Edgardo Quintero y que forma parte de la producción Dos Noches y Una Madrugada.

    Estos y otros videos los podrás encontrar en el canal oficial en Youtube del Ministerio de Cultura de Panamá.

  • Hablando a lo panameño

    Hablando a lo panameño

    Nuestro lenguaje oficial es el español, muchas veces mezclado con un cantito dependiendo de la región donde hayamos crecido.

    Dentro de todo ese vocabulario que aprendemos de nuestros padres y en la educación formal se entremezclan palabras de origen netamente panameño, en su mayoría provenientes de lenguajes indígenas.

    Palabras de origen indígena

    Empecemos por el que le da nombre a nuestro país, Panamá. Es un término proveniente del lenguaje indígena y con varias definiciones, entre ellas, abundancia de peces.

    Para los nacionales no hay mejor sonido que la pronunciación del nombre del país, nombre nacido en tierra istmeña.

    Lo curioso son algunos de los nombres de los lugares fundados en la época colonial. A pesar de la presencia de los españoles, acostumbrados a utilizar nombres de santos, algunas palabras de origen indígena se utilizaron para bautizar ríos, montañas y regiones.

    Solo basta recordar nombres como El Copé, Zaratí, Canajagua, Tabasará, Tonosí, Natá, Pedasí, Chigoré, Pinogana, entre otros. Regiones de Panamá que sus nombres son netamente panameños.

    Otros términos muy populares y puramente panameños son: chicha, guaro, barbacoa, machete, chicheme, sabana, achiote y guayacán.

    Para la naturaleza

    La naturaleza también fue bautizada con palabras panameñas, podemos mencionar: mamey, yuca, pixbae, chumico, guaba, macano, cucuá, papaya y guanábana.

    Para los animales tenemos: cui, ñeque, bin bin, e iguana, entre otros.

    Utensilios y otros

    Para los utensilios, algunos de ellos considerados artesanía, tenemos: jorón, cayuco, batea, chácara, coa, entre otros.

    Son palabras que han sobrevivido en el tiempo y que hoy están incorporadas a nuestro vocabulario. Comúnmente utilizadas y hechas en Panamá.

    Aunque hemos reclamado la paternidad de las palabras antes mencionadas, puede que fuera de nuestras fronteras la utilicen y también la tengan como suyas.

    Te invitamos a que agregues a la lista algunas de las conozcas.

    Referencia: Panamá en sus usos y costumbres (Stanley Heckafon Moreno)

  • La mezcla de razas del panameño

    La mezcla de razas del panameño

    Siempre me he preguntado de dónde proviene ese sabor musical panameño. Solo al escuchar un tambor, pareciera que nuestro cuerpo fuera poseído por el baile, la danza y el canto.

    La mezcla de razas del panameño

    Probablemente, la respuesta está en un estudio realizado por el Instituto de ADN y de Genoma Humano de la Universidad de Panamá. Este estudio reveló que los genes de la población panameña están divididos de la siguiente manera, el 29.4% de los genes es de origen negro, el 39.4% es indígena y el 31.2% es caucásico.

    Este revelador estudio científico realizado a unos 5,000 panameños nos habla de la mezcla que llevamos dentro. Quizás no seamos afrodescendientes directos, pero lo más probable es que tengamos raíces negras.

    La mayor cantidad de afrodescendientes que llegó a Panamá se dio en dos periodos, de África en la época colonial y de las Antillas durante la época de la construcción del ferrocarril y del canal.

    Los genes nunca mienten, esta mezcla nos hace lo que somos actualmente y es única en Latinoamérica. El crisol de razas lo llevamos dentro sin importar el color de piel o la provincia donde hayamos nacido.

    Un color pintado por Urracá, Bayano y el español colonial, una evolución de 500 años.

  • La máscara de diablico sucio

    La máscara de diablico sucio

    La máscara de diablico es un artículo artesanal, es parte de la tradición del Corpus Christi en provincias centrales.

    Fabricación

    Para confeccionar la máscara de diablico lo primero es crear un molde con los rasgos del futuro diablo. Para el molde se utiliza como materia prima tierra de arriera mezclada con arcilla para darle más consistencia.

    Amasando la tierra, el artesano va esculpiendo la masa hasta lograr el diseño de la máscara. Terminado el molde lo ponen a secar antes de iniciar el proceso de creación de la máscara.

    Con la técnica de papel maché, pasta de papel, le dan forma a la máscara. La materia prima es el papel manila, el papel periódico, y para pegarlo utilizan un engrudo hecho de harina cocida en agua.

    Luego de tres capas de papel, dejan secar la máscara, alrededor de tres días al sol, antes de hacer los cortes para retirarla del molde.

    Para los acabados, el artesano utiliza pintura de esmalte. En el caso de los ojos utilizan pelotas de ping pong y para los dientes utilizan madera.

    * Foto de portada de la celebración del Corpus Christi en la Villa de Los Santos.

    Desfile de diablos en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá

    Galería de máscara de diablico sucio

    Aunque los diseños de la máscara de diablico sucio pueden variar, en su aspecto general tienen cierto parecido. Los cachos, los afilados dientes y su expresión agresiva son parte fundamental de los diseños que podrás apreciar en las fotos.

    La siguiente galería de máscara de diablico es de un desfile que realizaron en las calles del Casco Antiguo y una exposición de diablos, resultado de una iniciativa para mostrar las tradiciones del Corpus Christi de las provincias en la capital.

  • Capilla convertida en Museo de Arte Religioso

    Capilla convertida en Museo de Arte Religioso

    En el año de 1737 se produjo el llamado Fuego Grande, acabando con la mayoría de las construcciones dentro de la Ciudad de Panamá. El fuego alcanzó a la Iglesia de Santo Domingo (donde se encuentra el Arco Chato).

    En el año 1756 se produce otro fuego de menor envergadura, lo llamaron Fuego Chico. El incendio abarcó el este intramuros de la ciudad, incluyendo nuevamente la Iglesia de Santo Domingo.

    Después de este incidente, la infraestructura quedó en ruinas, muy parecida a cómo la conoces actualmente.

    Este último incendio consumió el techo y terminó derribando la torre. Lo curioso es que una pequeña capilla ubicada hacia un costado del convento, que para esa época se utilizaba como sacristía, resistió los embates de las llamas.

    El Museo de Arte Religioso

    Esta pequeña capilla fue rescatada y hoy alberga al Museo de Arte Religioso, complementado por el antiguo convento que se encuentra detrás de las ruinas de la iglesia.

    Después del incendio, la capilla fue ampliada y fue utilizada para ceremonias religiosas, reemplazando a la antigua iglesia.

    Posterior a la independencia de España, los terrenos de la iglesia fueron subastados y no fue hasta 1925 cuando se prohibió su demolición y el traspaso a particulares.

    La capilla fue cedida a la Curia Metropolitana, pero en el año 1959 decidieron dejarla de utilizar por estar muy deteriorada. En el año 1971, la Curia decidió entregar las instalaciones a la Dirección de Patrimonio Histórico.

    Cada vez que veo las paredes de la capilla, me la imagino como si fuera un panameño que no deja que el paso del tiempo lo acabe, que se aferra al suelo para mantenerse erguido y no dejarse caer por las inclemencias del tiempo, para así poder contarnos nuestra historia.

    * Foto de portada del año 2019 – Retablo dentro del Museo de Arte Religioso

    Capilla de la Iglesia de Santo Domingo

    Santo Domingo

    Aquí puedes apreciar los cambios realizados a la capilla. Las ruinas de la iglesia han perdido uno que otro canto de los que podemos observar en la actualidad.

  • La camisilla santeña

    La camisilla santeña

    Como parte de la vestimenta masculina en nuestro folclore tenemos la camisilla santeña. Esta prenda de vestir es utilizada por los hombres en fiestas. Es una prenda dominguera, como dicen popularmente.

    La camisilla santeña  o garibaldina, como también se le conoce, es de color blanco con botones de oro, de cuello angosto, no más de una pulgada, y cerrado. La tela utilizada es de hilo o poplin. Los más exigentes mencionan que debe quedar debajo de la cadera.

    Son adornadas con espigueta, un conjunto de pequeñas tabletas en forma vertical que tiene la camisilla por delante y por detrás. La tradición indica que las que se consideran más finas son las que tienen más espiguetas.

    Complementos

    Para acompañar la camisilla, el hombre debe vestir con pantalón negro, zapatos negros o cutarras y generalmente un sombrero pintado.

    Los botones dorados también son utilizados como alternativa al oro, aunque en este caso no será pieza de concurso, y no deja de tener el toque de lo nuestro.

    No existe documentación escrita de cuándo se comenzó a utilizar, algunos estudiosos indican que fue a la mitad del siglo pasado en la provincia de Los Santos. Su costo puede llegar a hasta 500 dólares.

    La camisilla santeña