En mi primer encuentro con la India Dormida tomé algunas fotos de aquel cerro ubicado en el Valle de Antón con forma de una mujer acostada. La leyenda cuenta que era una india que frustrada por un amor imposible subió al cerro para dormir el sueño eterno.
Los cables eléctricos no me permitieron tomar una foto del cerro sin elementos que interrumpieran ver a la India Dormida en toda su majestuosidad.
Me llevé una sorpresa cuando pude apreciar la cabeza de la india a unos pocos metros de los jardines de la casa donde estaba alojado. Lo curioso es que me di cuenta de que la tenía tan cerca el último día de mi visita a El Valle.
Por fin pude tomar una foto donde no hubiera cables eléctrico que interrumpieran mi encuentro con la india.