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  • Tercer puente sobre el Canal de Panamá

    En el camino hacia Costa Abajo en Colón se está edificando lo que será el tercer puente sobre el Canal de Panamá. Un proyecto de infraestructura que facilitará el acceso a otras de las regiones con hermosos paisajes y paradisiacas playas dentro del istmo.

    El ferri

    Actualmente, el tránsito por este sector lo facilitan dos ferris (transbordadores) administrados por la ACP (Autoridad del Canal de Panamá).

    Lo que hace especial a estas embarcaciones es que el cruce lo realizan por un sector del Canal de Panamá, famosa obra de infraestructura que cuenta con más de 100 años de haber sido construida.

    El cruce te deja otro regalo, la oportunidad de ver las enormes compuertas de la nueva esclusa de Agua Clara y si tienes la suerte que yo tuve, coincidir con el paso de una de esas enormes embarcaciones conocidas como post-panamax, razón principal que llevó a la realización de la millonaria obra de ampliación del canal.

    El nuevo puente

    En el camino hacia el ferri te encontrarás las enormes columnas que sostendrán el nuevo puente que facilitará el acceso a la Costa Abajo de Colón y al Castillo de San Lorenzo del Real de Chagres (litoral Atlántico). El castillo es una infraestructura de la época colonial donde se instalaron las defensas contra piratas a la entrada de lo que fue una de las antiguas rutas trasistmicas utilizadas por la corona española (Camino de Cruces), predecesora del Canal de Panamá.

    Las imponentes columnas son una muestra de la altura que alcanzará el puente. Al momento de tomar las fotos, solo se puede apreciar unas pocas losas por donde podrán transitar los automóviles.

    El primer puente que se construyó sobre el canal es el que bautizamos los panameños con el nombre de Puente de las Américas.  Los estadounidenses lo llamaron Thatcher Ferry Bridge, nombre que provocó protestas entre los panameños y que llevó a la Asamblea Nacional de Panamá a aprobar una legislación para establecer el nombre de Puente de las Américas a la estructura.

    Este primer puente fijo permitió el paso ininterrumpido hacia el interior del país, reemplazando el antiguo ferri Thatcher que funcionó por 59 años. Otra alternativa de paso era por Miraflores, pero el tránsito era interrumpido cuando pasaban barcos por el canal por la poca altura del acceso.

    El tomar las fotos quizás me acercó a la sensación que tuvieron mis compatriotas en 1959 cuando comenzaron a observar las obras de construcción del Puente de las Américas, pero con una diferencia importante, el tercer puente se levanta en un territorio completamente soberano, sin la intervención estadounidense con la que vivimos por más de un siglo.

    El paseo nos dio la oportunidad de vivir la experiencia de abordar lo que podría ser el último ferri público que transita por las aguas del canal para unir una carretera.

  • Castillo de San Lorenzo el Real de Chagres

    El Castillo de San Lorenzo el Real de Chagres fue una de las edificaciones coloniales construidas para proteger la entrada del río Chagres, ruta fluvial de tránsito hacia la ciudad de Panamá.

    La fortificación fue declarada monumento nacional  el año 1941 por medio de la ley 68. En el año 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

    La ruta

    Para llegar al Castillo de San Lorenzo hay que cruzar, por el nuevo puente en la costa atlántica, al frente de las esclusas  de Gatún y Agua Clara en la provincia de Colón. El recorrido continúa por una carretera bordeada por una densa vegetación, pasar por el antiguo fuerte Sherman, para luego seguir, sin desvió, hasta el monumento.

    Historia

    Los ataques piratas a Nombre de Dios y el Camino Real obligaron a la corona española a construir un conjunto de edificaciones para utilizarse como sistema de defensa. Estas instalaciones defensivas fueron ubicados en Portobelo – provincia de Colón en el Atlántico panameño – y en una base rocosa cercana a la desembocadura del Río Chagres . Las primeras obras en Chagres se desarrollaron en 1595 con una instalación de apenas 8 cañones, luego siguieron varias remodelaciones hasta el año 1768.

    En el año 1596, mientras todavía se realizaban trabajos en el castillo, Francis Drake logró penetrar el río Chagres, aunque su incursión fue repelida por tropas españolas que impidieron lo que pudo terminar en un ataque a la Ciudad de Panamá.

    En 1670 el castillo fue tomado por Joseph Bradley, que en compañía de 400 hombres atacaron por tierra. Un plan organizado junto a Henry Morgan para poder atacar la ciudad de Panamá. Finalmente, en el año 1671, Henry Morgan logra su cometido y saquea la ciudad ubicada en la costa del Pacífico panameño.

    Producto de estas incursiones al castillo, tuvieron que  realizarle importantes mejoras, adecuaciones que hicieron de la estructura lo que es actualmente.

    A finales del siglo XVIII, al abrirse otras rutas de transporte, Panamá perdió vigencia como camino obligado. Aunque posteriormente, la posición geográfica y lo angosto del istmo volvió a tomar importancia en el siglo XX con la construcción del Canal de Panamá, donde el río Chagres volvió a ser protagonista.

    Castillo San Lorenzo el Real de Chagres

    Actualmente, el monumento está abierto al público. La entrada la antecede una rampa sobre una de las fosas originales. Al pasar, quedas en la batería defensiva hacia el lado terrestre con cañones montados en sus posiciones. Otra plataforma da paso a la parte defensiva hacia el mar y la desembocadura del río Chagres. Una vista privilegiada en la que no dudarás sacar tu cámara y tomar fotos.

    En el patio de armas todavía quedan algunas ruinas de las paredes de las estructuras internas. Debajo de la plataforma, donde quedas después de pasar las dos fosas, están las bóvedas que se conservan intactas. Según datos históricos, después de remodelaciones en el castillo, fueron acondicionadas cárceles.

    Puedes hacer el recorrido por las fosas que parecen pasadizos, lo que te permite tener un contacto directo con lo que pudo ser parte de la actividad cotidiana dentro del castillo.

    Los cañones, algunos en sus posiciones, indudablemente te darán una idea del ambiente tenso en el que vivieron los que en su momento tuvieron asignados a dichas instalaciones, siempre atentos ante un posible ataque de piratas.

    El paisaje

    El paisaje se roba algo de la atención al visitar el castillo. La desembocadura del majestuoso río Chagres prácticamente te obliga a fijar la mirada sobre ella. Admirar la naturaleza desde este punto alto, a unos 25 pies sobre el nivel del mar, probablemente fue el consuelo de los que habitaron este apartado castillo.

    Aunque en mi visita no tuve contacto con vida silvestre, probablemente por la hora, la densa vegetación asegura la presencia de muchas de las especies que habitan en el istmo.

    Una playa cercana hace de complemento perfecto a este contacto con la naturaleza.

    A continuación algunas fotos que pude tomar durante la visita.

  • Parque de Santa Ana

    Un parque en el arrabal

    El Parque de Santa Ana fue parte del arrabal de la antigua ciudad de Panamá. En un tiempo fue una plaza frente a la iglesia que lleva el mismo nombre.

    Antes de la era republicana se utilizó como mercado y fue el lugar donde el pueblo se reunía para celebrar fiestas.

    En 1890 —hace  135 años —se construyó el parque y durante los primeros 50 años de nuestra república se convirtió el centro de luchas reivindicativas en pro de nuestra soberanía.

    En el año 1984 fue declarado monumento histórico nacional mediante la ley 18.

    Parque de Santa Ana, un parque vivo

    Aunque el número de pobladores en el corregimiento donde está ubicado el parque ha disminuido, no deja de tener vida. Diariamente, atrae a personas que aprovechan sus bancas para descansar o tener una conversación amena con conocidos.

    Vendedores ambulantes se confunden entre los transeúntes que diariamente caminan por sus alrededores dándole vida al histórico parque, gente de barrio que sin darse cuenta le sigue extendiendo su vigencia.

    El parque es para la gente, sin ella pierde su esencia y, aunque ya no es testigo de las importantes luchas reivindicativas de tiempos pasados, se niega a desaparecer y nos obliga a recordar cómo nació nuestro querido Panamá.

    En los alrededores todavía queda algo de esa esencia del barrio santanero, siempre será una refrescante experiencia explorarla.

    Recuerdos del parque

    Mi abuela siempre me hablaba, con cierto brillo en los ojos, de Santa Ana al recordar sus años mozos y de la gran actividad que se generaba en el sector. Con los años pude entender sus razones, eran recuerdos que marcaron su vida, ya sea que fueran alegres o momentos críticos de nuestra vida republicana.

    Para muchas generaciones, incluyendo la mía, fue así. Todavía recuerdo lo complicado que era caminar por la acera cerca del parque.

    La principal área comercial era la Avenida Central y no siempre fue peatonal. Autobuses, autos y taxis se peleaban por un espacio de la angosta carretera, mientras cientos de transeúntes intentaban adquirir algún producto en los almacenes o se dirigían hacia sus casas.

    De vez en cuando visito el parque y me siento en una de sus bancas. El ambiente siempre me trae a la memoria recuerdos de mi barrio El Marañón.

    Testigo de acontecimientos históricos

    También fue el paso de los estudiantes del Instituto Nacional que corrían despavoridos luego de que fueran disueltas sus protestas estudiantiles en la época de los gobiernos militares.

    Sin olvidar aquellas escenas, cerca del parque, que recorrieron el mundo aquel 10 de mayo de 1989 donde simpatizantes del gobierno militar atacaran al que posteriormente fuera vicepresidente de la república, el Sr. Guillermo «Billy» Ford, luego que organizara, junto a Guillermo Endara Galimani y Ricardo Arias Calderon, una caravana en protesta por la anulación de los comicios realizados dos días antes.

    En el parque el pueblo protestó por el fusilamiento de Victoriano Lorenzo en 1903 y en 1925 militares estadounidenses se apropiaron del lugar para impedir las manifestaciones de protestas por el alza de los alquileres en lo que se denominó Movimiento Inquilinario.

    El parque también fue escenario de otro tipo de actividades. Bandas de música alegraban las tardes del barrio en las denominadas retretas y por muchos años fue la plaza para los sorteos de la lotería.

    Son muchas las razones por las que el parque es un monumento histórico, pero solo una causa debe haber en los corazones de todos los panameños: darle el cuidado que se merece.

  • Iglesia San Pedro Apóstol de Taboga

    La iglesia San Pedro Apóstol de Taboga, es la segunda fundada en el litoral Pacífico en el continente.

    Edificación que data del año 1685 — hace 340 años—, de época colonial y declarada monumento histórico en el año 1996 mediante la ley 32.

    La iglesia, que ha pasado por varias modificaciones, se destaca desde que nos acercamos a la isla. Taboga se encuentra a unos 20 kilómetros de la Ciudad de Panamá.

    Iglesia San Pedro Apóstol de Taboga

    La iglesia está ubicada en una especie de terraza y desde lejos uno puede apreciar su silueta. Fácil de identificar por su torre a pesar de las edificaciones que se encuentran a su alrededor.

    Desde el puerto un camino de concreto te permite llegar hasta la iglesia. El camino está adornado por un malecón que me hizo detener, varias veces, para admirar la belleza de lo natural. Esas aguas del Mar del Sur, acariciando la arena de este pequeño territorio, conocido también como la Isla de las Flores.

    La iglesia es pequeña, con una sola torre, con cúpula como campanario y sobre ella una cruz. La inscripción «Salve Regina» resalta en su entrada sobre unas escalinatas que se mezclan con lo cotidiano, un pequeño parque donde suelen reunirse los pobladores a «pasar el rato», como acostumbramos a decir cuando hacemos referencia a esos momentos de ocio que compartimos con amigos y familiares.

    Su estructura exterior está pintada toda de blanco y a pesar del fuerte sol, se puede apreciar en las paredes la superficie irregular que hace eco de lo antaño.

    Ese dejo nostálgico que deja lo añejo queda al contacto con esta pequeña estructura. No solo me conectó con la época colonial, sino también con aquel pasado cercano cuando visitábamos la isla junto a los amigos o cuando veía regresar los domingos al Monseñor Juan Bustavino,  sonriente después de visitar y oficiar misa en su querida isla de Taboga.

    El pueblo de Taboga

    El pueblo de Taboga se desarrolló, al igual que muchos en el interior del país, alrededor de la iglesia. Fundada por Hernando de Luque en el año 1524 – hace 501 años, la cual nombró como San Pedro de Taboga. Sirvió por muchos años como puerto, teniendo su mayor auge en la época de la fiebre del oro en California.

    Actualmente, es uno de los sitios turísticos que recibe visitantes regularmente los fines de semana.

    Si visitas Taboga, no olvides darte un paseo por la iglesia; es una buena oportunidad para tener contacto con el pasado colonial de nuestra tierra istmeña.

  • Iglesia San Francisco de la Montaña

    La Iglesia San Francisco de la Montaña es de origen colonial, otro de nuestros monumentos históricos.

    Está ubicado en el poblado San Francisco de la Montaña, en la provincia de Veraguas. Fue declarado monumento histórico en el año 1937 mediante la ley 29 del 28 de enero.

    La iglesia fue fundada en el año 1621. El actual templo fue construido, aproximadamente, en el año 1730, y mide unos 26 metros de largo y 12 metros de ancho.

    Su estructura es de piedra con una torre como campanario ubicada sobre la entrada frontal. Aunque pequeña y sin mayores adornos arquitectónicos en su exterior, reserva una exquisita belleza tras sus puertas.

    Después de varias horas de camino, llegar a San Francisco de la Montaña no deja de tener cierto encanto, principalmente al encontrarse con la antigua iglesia.

    Antes de decidirme a tomar algunas fotos de su exterior, hice una pausa para admirar su sencilla apariencia. Es inevitable no tratar de imaginarse cómo era el ambiente en la época colonial en este apartado poblado.

    Belleza en su interior

    Después de hacer varias fotos de su fachada, decidimos entrar. El silencio en su interior, a pesar de que ya había visitantes, te hace entrar como en un trance espiritual que ayuda a prestar mayor atención a su belleza interior.

    Varios elementos de madera esculpida y de gran belleza son parte del arte colonial religioso que adornan la iglesia.

    ¿Qué hacen estas piezas en un lugar tan apartado? Es la pregunta que uno se hace. Quizás son testimonio de la gran devoción de los fundadores y el deseo de tener un centro de oración con todo lo que una iglesia se merecía.

    Son más de 400 piezas de madera tallada distribuidas en varios retablos. Uno principal al fondo y varios a los lados.

    El púlpito también es completamente de madera, sus hermosos tallados me llevaron a detenerme y admirarlos de cerca. Quizás buscando en estos elementos esa conexión con el pasado panameño. Algunos tallados muestran rostros de mujeres que, en apariencia, asemejan indígenas.

    Otros elementos son San José, la Virgen del Carmen, la Virgen del Rosario, San Antonio y Santa Bárbara, cada uno en su propio retablo.

    La iglesia, en su totalidad, es un museo. Cada elemento es ejemplo de lo vivido en épocas pasadas, es nuestro tesoro histórico y debemos seguir cuidándolo como se merece.

    En el año 1944 su torre se derrumbó, pero gracias a la intervención de la incansable historiadora Dra. Reina Torres de Araúz el resto de la iglesia no sufrió el mismo destino. Ya para el año 1980 había sido restaurada, pero se siguió utilizando como iglesia, lo que provocó nuevamente su deterioro.

    Después del año 2000 ha sido sometida a varias intervenciones y hoy podemos apreciar los frutos de esas iniciativas.

    San Francisco de la Montaña

    Con el tiempo, la población de San Francisco de la Montaña fue creciendo, llegando a tener más de 2,000 habitantes. Había plantaciones y una mina de oro cercana. Ya para el año 1864 fue cabecera del departamento de Veraguas, época del Estado Federal de Panamá.

    Actualmente, es un poblado típico de nuestras provincias y con su propio tesoro, la Iglesia San Francisco de la Montaña.

    Puedes visitar la iglesia de martes a domingo en horas laborables.

    Galería de fotos

  • La Yeguada

    Dentro de la reserva forestal La Yeguada se encuentra un área dedicada para que el público pueda acampar. El sitio está ubicado en las riberas del lago que abastece de agua a la hidroeléctrica del mismo nombre y es administrado por la Autoridad Nacional del Ambiente de Panamá.

    La ruta a La Yeguada

    Existen dos opciones para llegar hasta La Yeguada, una de ellas es desde Aguadulce, provincia de Coclé, y la otra es desde Santiago, cabecera de la provincia de Veraguas, provincia donde está ubicada la reserva forestal. En nuestro caso escogimos la ruta desde El Agüito en el distrito de Aguadulce. Es un recorrido de unos 65 kilómetros, así que lo recomendable es proveerse de combustible suficiente para el viaje de ida y vuelta.

    El paisaje y la temperatura a medida que nos acercábamos iba cambiando, más de una vez tuvimos ganas de detenernos a admirar la belleza de lo natural en estas tierras, pero la ausencia de donde poder estacionarse nos obligó a continuar.

    Como en todo viaje, la ansiedad lleva a uno a desesperarse por la llegada hasta que un impresionante chorro de agua, procedente de una pequeña estación, nos avisó que estábamos ya cerca. Lugar donde hicimos una parada casi que obligada para tomar algunas fotos e hidratarnos.

    Sitio para acampar

    Nuestra intención no era acampar, así que llegamos unos minutos después de las 11 de la mañana. A esa hora ya un nutrido grupo había acampado y los olores de carne asada anunciaban que preparaban su almuerzo. Para pasar al área de campamento hay que pagar $2.00 por persona, tarifa que incluye el paso a otras facilidades unos metros más adelante. Lugar donde también se puede acampar y cerca de una cascada.

    En el lago está prohibido bañarse, pero la cascada y su quebrada es el sustituto perfecto para los que les gusta bañarse rodeado de la naturaleza.

    El paisaje

    El paisaje es producto de la combinación perfecta entre la naturaleza y el hombre. Desde la década del 60 del siglo pasado se inició la reforestación con pinos adaptados al clima, lo que junto al lago, alojado en un antiguo cráter de un volcán, crean un paisaje de gran belleza. Digno de sentarse y contemplarlo por horas. Ideal para ese contacto necesario con la naturaleza, distante de la actividad vertiginosa que produce lo que llamamos progreso.

    Al rato recordé a mi compañera inseparable en estos paseos, la cámara. Me dispuse a tomar algunas fotos para compartirlas contigo, aunque pensé en lo injusto que eran. Nada comparable con sentarse a sentir el agradable clima de ese momento y admirar todo el paisaje con el cielo azul que contrasta con el verde de los cerros, con ese imponente lago que atestigua lo poderoso que es la naturaleza y lo frágil que es también al mismo tiempo si nosotros no la cuidamos.

    La cascada

    Encontrar cascadas y ríos siempre será para mí algo divertido. Seguir el sonido del agua al correr entre las piedras es siempre una aventura asegurada. Nos indicaron que muy cerca se encontraba la cascada, así que no dudamos en continuar la ruta señalada. Al llegar al área encontramos más tiendas de campaña. Un pequeño letrero dentro del lugar indicaba el inicio del sendero hacia el río. En el camino nos encontramos a varios aventureros que regresaban mojados, indicativo  de que ya habían tenido el placer de disfrutar de las aguas de este ambiente natural.

    Al llegar al final del camino encontré el río, pero no veía a la prometida cascada. Una ruta en un pequeño cerro me invitaba a subirla. Sin pensarlo mucho, llegué a la cima. El sonido de la caída de un agua me indicó que estaba cerca de ese precioso regalo audiovisual de la naturaleza. Finalmente, pude apreciar la cascada desde lo alto, mientras otros disfrutan de ella en forma directa desde abajo.

    Un camino, que no visualicé desde el principio, daba acceso a la caída de agua, momento oportuno para que los visitantes, al igual que yo, tomaran sus fotos para el recuerdo.

    La Yeguada es como una hermosa poesía donde las palabras son árboles, agua y cielo, sin duda uno de esos lugares que no puedes dejar de visitar.

  • En el Festival del Tambor y la Pollera

    Aprovechamos el largo fin de semana para escaparnos y participar del tercer día de eventos del Festival del Tambor y la Pollera en San José. Un día dedicado a competencias de tambor y a homenajear a dos personalidades del pueblo.

    Como en años anteriores, las actividades se centran en el parque del pueblo, donde levantan la tarima principal para la corte, que este año preside S.R.M. Valeria Alejandra Espinosa de Boutaud.

    Adicionalmente, en una gran carpa, se desarrollan las competencias y actividades organizadas por el patronato de la feria como entretenimiento para locales, visitantes y turistas.

    En el festival del Tambor y la Pollera

    Nos acompañó un día nublado, pero todo se desarrolló sin percances, ya que la lluvia nunca se hizo presente. El día inició con la entrada de la corte y S.R.M. Valeria Alejandra Espinosa de Boutaud. Un inicio con mucha alegría, para luego dar paso a los homenajeados del día, los señores Avelino Quintero y Samuel Avelino Quintero, dos grandes agricultores en el corregimiento de San José, que forma parte del distrito de Las Tablas, en la provincia de Los Santos.

    Para los homenajeados fueron dedicadas sendas décimas cantadas en público por importantes intérpretes de estas tradiciones, encabezadas por el conocido Miguelito Rivera. Fueron momentos muy emotivos que se reflejaron en los rostros emocionados de los dos homenajeados.

    La competencia

    La emoción dio paso a la competencia, donde los participantes demostraron sus dotes para el tambor de cuña, instrumento esencial del alegre tamborito, que es parte de nuestras tradiciones y que nunca falta en las actividades folclóricas en todo el territorio nacional.

    Un jurado, compuesto por tres personas, fue el encargado de decidir los tres primeros lugares en una competencia donde la juventud se hizo presente. Sin duda, ver caras jóvenes es este tipo de concursos que aseguran la continuidad de nuestras tradiciones.

    El primer lugar lo obtuvo el joven Victor Lemon que recibió regalos y certificado por parte del patronato.

    El ambiente

    La participación del pueblo es completa, no dudan en ocupar las sillas colocadas para recibirlos en el área de la competencia, mientras otros prefieren sentarse alrededor de la carpa principal. En las pausas, la música que se escucha es la que comúnmente llamamos música típica, un género con variaciones de nuestras tonadas tradicionales y acompañadas con instrumentos no folclóricos.

    Mientras todo se desarrollaba, íbamos saludando a gente conocida en un pueblo donde siempre nos hacen sentir como parte de la comunidad. Para terminar los eventos de la tarde, organizaron un tamborito con S.R.M Valeria Alejandra Espinosa de Boutaud, que siempre nos contagia con su alegría. Momento que no nos podíamos perder, así que nos desplazamos para acompañarlos y tomar algunas fotos.

    Proyectos

    El patronato se ha propuesto un nuevo proyecto: la construcción de una tarima permanente para el festival, con el objetivo de resaltar el puesto predominante que tienen San José en la confección de la pollera panameña, vestido folclórico nacional. Sin duda, San José es reconocido como uno de los lugares donde se confeccionan las mejores polleras y tambores. Nosotros en lacabanga.com apoyamos todos sus esfuerzos por resaltar y mantener en el tiempo nuestras tradiciones.

    Te invitamos a que des un paseo por las fotos y que vivas en imágenes parte de nuestro folclore en el III Festival del Tambor y la Pollera.

    ¡Vive Panamá!

  • Programa de actividades del III Festival del Tambor y la Pollera

    Para cerrar con broche de oro  las celebraciones por el nacimiento de Panamá como nación, tenemos el III Festival del Tambor y la Pollera en el pueblo de San José de Las Tablas, provincia de Los Santos.

    S. M. Valeria Alejandra Espinosa de Boutaud, reina del festival,  invita a las actividades que se estarán realizando desde el jueves 24 de noviembre hasta el domingo 27 de noviembre de 2016.

    El festival resalta la labor de dedicadas artesanas en la confección de polleras tradicionales. Con el tiempo San José se ha convertido en uno de lugares donde se confeccionan las mejores polleras de gala al estilo santeño. También tiene el reconocimiento de mantener la tradición de seguir fabricando el tambor de cuña, instrumento esencial para los tamboritos que acostumbran alegrar las festividades en el interior de la república.

    Programa de actividades

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    Jueves 24 de noviembre
    6:00 p.m.  – Tuna de despedida por las principales calles de la comunidad a S.R.M. Nicole Elizabeth Fuentes Escudero
    7:00 p.m.  – Coronación de la Srta. Valeria Alejandra Espinosa de Boutaud, reina del III Festival del Tambor y la Pollera

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    Viernes 25 de noviembre
    9:00 a.m.   – Solemne eucaristía de acción de gracias por los 107 aniversario de nuestro corregimiento
    10:00 a.m. – Inauguración de la feria de artesanías – Presentaciones folclóricas
    7:00 p.m.   – Concurso de violines Don Abraham Vergara – Homenaje al profesor

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    Sábado 26 de noviembre
    10:00 a.m. – Concurso de toque de tambor Don Alejandro Cedeño – Homenaje a dos grandes agricultores: Avelino Quintero y Samuel Avelino Quintero
    7:00 p.m.   – Concurso de Acordeón Don Hernán Vergara – Homenaje a la artesana Sra. Elisa Cedeño
    Entrega de la medalla Doña Mélida Urriola a una de las Artesanas de la comunidad (inscritas antes el evento)
    Presentación oficial de la Srta. Melanye Mailene Villarreal Cedeño – Futura reina del IV Festival Nacional del Tambor y la Pollera 2017
    Gran Tuna

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    Domingo 27 de noviembre
    1:00 p.m.  – Recibimiento de delegaciones
    Inscripciones para las premiaciones a las diferentes modalidades de polleras (a la suerte) – Plaza de San José
    3:00 p.m.  – Gran desfile de polleras
    Terminado el desfile – Concurso de tunas Doña Lastenia Vergara
    Entrega de medallas a las diferentes polleras en categorías adultos e infantil

    Sin duda será un festival muy alegre y con el ingrediente principal, tradiciones a lo panameño.

    Te esperamos por allá, por onde uno.

  • Estuvimos en el Primer Festival Arte y Cultura Panamá

    Con todo éxito se llevó a cabo el primer Festival Arte y Cultura Panamá en la ciudad de Penonomé, provincia de Coclé. Evento organizado por Innovaarte Panamá, la Coordinación de Cultura del Centro Regional Universitario de Coclé, Grupo FUMOLIJUP y el grupo de teatro ITINERANTES  de la Universidad de Panamá. Fue un espacio donde la juventud pudo expresarse con su arte, desde la pintura hasta la música.

    Las tradiciones también tuvieron su espacio

    La mañana en el Festival Arte y Cultura Panamá fue dedicada a los niños y a las tradiciones en el área de la provincia de Coclé.

    Con la visita de un nutrido grupo de niños, la tarima se convirtió en un verdadero espacio de entrenamiento para los más pequeños, donde el grupo de teatro ITINERANTES  fue en el encargado de organizar un momento muy divertido.

    Luego, el grupo Raíces se encargó de mostrarnos la evolución de la celebración del Corpus Christi en la región de Coclé. Una exposición viviente donde jóvenes de diferentes edades mostraban las vestimentas y costumbres en épocas pasadas. Una forma diferente de educar en historia y tradiciones.

    El baile típico tradicional también estuvo en escena con el ingrediente de mostrar el estilo de vestir de la región, algo que agradecimos los espectadores, ya que nos ayuda a esclarecer las diferencias de nuestras tradiciones en las provincias del interior del país.

    Teatro

    Una agradable sorpresa fue la presentación de una pequeña obra de teatro que, de forma muy cuidadosa, incluyó algunas de las vivencias de las familias en el campo. Hasta una travesía en bus desde La Pintada hasta Penonomé que contagió de risas al público al ver a los actores cómo simulaban el tránsito por las accidentadas carreteras. La obra fue una adaptación del libro de cuentos Señoras Polleras de la penonomeña Elisa Canto

    Espacio para el arte popular

    La tarde fue un espacio para los jóvenes. En tarima, el canto, la música y el baile fueron el plato fuerte. Hubo espacio para que cantautores, intérpretes y músicos mostraran su talento ante un concurrido grupo de jóvenes asistentes que nunca dudaron en aplaudir el talento de nacientes artistas.

    Desde lacabanga.com celebramos la iniciativa de los organizadores del festival y los exhortamos a seguir creando estos espacios donde la juventud panameña pueda expresarse de una forma positiva como es el arte.

    La juventud que construye, es juventud exitosa.

    ¡Viva Panamá!

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